jueves, 17 de marzo de 2011

Nieve en el precipicio!



El otro día leí algo que me enviaron a mi correo, aunque ultimamente le doy un "delete" automático, decidí leer este. El correo trataba, con imagenes muy bonitas, sobre los tiempos de tormenta y el mensaje me llegó muy profundo. Hace un tiempo también leí otro mensaje que desde ese día se ha convertido en pensamientos que no abandono en mi vida. Pero mejor voy a contarles.

El mensaje mas antiguo trataba sobre los hijos, en el se daba un mensaje en forma de parabola, tal y como dicen hablaba Jesús. Contaba la historia de un padre que agarraba a su hijo que estaba a punto de caer por un precipio, ponía a reflexionar sobre lo que debemos hacer en ese momento solo con una pequeña pregunta: ¿Si tu hijo está a punto de caer que haces, agarras mas fuerte o flojas los dedos? Creo que la respuesta es evidente, como madre agarraría mucho mas fuerte.

Mi hija Alexia es bastante distraida, dice que no entiende la profesora, que no entiende los libros, que no entiende nada. Realmente es muy poco aplicada en sus estudios, como consecuencia de esto sus notas estaban tan bajas que, para mi, iba a tener que repetir el grado. Sinceramente debo reconocer que tengo una cuota de responsabilidad en esto, muchas veces llego tan cansada que no quiero pelear ni armar un problema por las tareas, solo les pregunto si la hicieron y entendía que debía confiar en ellas. Mala mia!!!! Sus cuadernos eran un desastre.

Luego de salir llorosa de la última entrega de notas decidí agarrar el toro por los cuernos y a partir de ese día, llego de trabajo y sin quitarme siquiera los altos e incomodos zapatos me siento con ella a la mesa y uno por uno revisamos los cuadernos, revisamos las tareas y aclaramos confusiones. He vuelto a estudiar La Colonización, Los Metales, Los Adjetivos. Alexia protesta, se queja, llora, pelea, me hace repetir mil veces lo mismo pero yo recuerdo siempre que debo agarrar mas fuerte, no soltarla y dejarla caer por el precipicio. Se me rompe el corazón cuando se que oye sus amigas jugando afuera y se que quiere salir, pero no puedo ceder sino morirá.

Fruto de mis agarres ha mejorado en casi un 80% sus notas. Está feliz y satisfecha de que su mami tenga las manos fuertes y que se aferre con uñas y dientes a su salvación.

El nuevo mensaje trataba sobre una tormenta de nieve, sobre un conductor que manejaba muy despacio por las resbaladizas carreteras y de como de pronto la tormenta arrecia y él no puede ver mas de unos centimetros delante suyo. Solo le quedo el remedio de aparcar a un lado y esperar que la tormenta pasara. Al final llegó a salvo a su casa.

La moraleja de la historia es que en lo momentos de tormenta, debemos tener paciencia, esperar tranquilo que Dios componga las cosas. Nada con prisa tiene buen termino.

Hace años cuando decidí dejar mi matrimonio la nieve no me dejaba ver el camino, el dolor y la negación entorpecian mis momentos de lucidez. Solo cuando decidí dejar las riendas a Dios y a las personas que EL envió a rescatarme, cuando esperé, cuando fui muy paciente, la luz empezó a llegar a mi vida. Muchas veces mas la tormenta encrudeció, pero sacando cuentas siempre resulté beneficiada por tener calma y esperar.

Nunca voy a olvidar esta enseñanza y en lo adelante antes de que los copos sean mas grandes y la brisa sople mas fuerte, me tomaré un descanso en el camino, esos si, siempre agarrando muy fuerte a mis 3 pulgas!!!!!