miércoles, 30 de diciembre de 2009


La vida es una serie de momentos felices, la felicidad total no existe. Crecemos cuando empezamos a valorar esos momenticos, a veces fugaces, que nos llenan la vida.


Cada mañana abro los ojos y la mayoría de veces se me olvida agradecer a Dios por el simple hecho de estar viva, solo empiezo a hacer un recuento de lo que debo resolver y a preguntarme como lo haré. Me olvido de vivir un dia a la vez.


Comienzo a dar vueltas en la cama pensando seriamente en darme por vencida y no levantarme jamas. Los minutos pasan mas rapido de lo que quisiera pero en un segundo Dios me recuerda que existe. Mi pequeña Carlotta se pega a mi cuerpo y me echa sus bracitos al cuello, a veces me acaricia el brazo otras tanta me dice que me ama.


Esta mañana otra de mis hijas se pasó a mi cama, me dijo que había tenido una horrible pesadilla, se envolvió entre mis sabanas y ambas me abrazaron, cerré mis ojos, por un momento me sentí muy dichosa.


La felicidad se trata de eso, pequeños momentos, pequeños recuerdos, todos entrelazados. No existe el algun dia, solo existe el ahora.


Gracias mi Dios porque hoy me permitiste sentirme agradecida y por recordarme que mi valentía tendra muchos frutos pero que estos no caeran todos juntos del arbol, sino poco a poco.





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