miércoles, 30 de diciembre de 2009


Las niñas vienen de una familia circense, su bisabuela "A" fundo la compañía siendo muy joven pero imagino que aprendió el oficio de sus antecesores. Realmente no conozco los verdaderos orígenes pero a la fecha no importa mucho.

Reunirse con ellos es un verdadero espectáculo, las caras sonrientes de los payasos solo son opacadas con los malabarismos del padre para entretener las niñas. La abuela se casó muy joven con el abuelo y por eso aprendió la rutina de su función como todo una verdadera experta. Aunque un divorcio dividió las vidas de los abuelos, las enseñanzas, arraigadas en ella, están perpetuas en su existencia.

Uno de los tíos murió tragicamente al caer de las alturas, hoy lo mencionan con anhelo. En otros tiempos fue denigrado por no ser el mejor, su función adolecia del glamour y el perfeccionismo de los demás, otro de los tíos, incluso, salió al extranjero a depurar su técnica y aunque volvió derrotado, en su país es escoltado por varios lambones de su propia familia quienes quieren darle brillo a quien no lo tiene.

Como circo al fin las fieras están casi domesticadas, los grandes felinos son golpeados si osan a contradecir las instrucciones. Los látigo vienen y van hasta que acomodan los temperamentos exaltados.

Todo está bien, las finanzas, las relaciones, las ventas, en fin, hasta las funciones son un lleno total, cada una de ellas. Nadie parece querer recordar el borracho que hay que recoger cada noche tirado entre las cunetas de la ciudad, ni el dinero mal habido, ni la indiferencia hacia el dolor de las fieras que debieron irse con heridas que a la larga podrían matarlas, tampoco las drogas que circulan entre ellos, los hijos en la calle, las amantes, la violencia desenfrenada, los odios y mas que nada, nadie parece fijarse en el alma que suplica ayuda y que esta a punto de dejarse morir.

La bisabuela "A" creó una dinastía, puso una marca en cada uno de ellos, siempre habla a escondidas y dice muy quedamente: "Todo está bien, Todo está bien, los trapitos sucios se lavan en casa".

Las niñas parecen aprender algo del oficio, sonríen cuando están con ellos. Su madre les enseño que pueden sonreír cuando hay una función y divertirse ante el espectáculo pero que la vida no es un circo y que al salir de ahí la felicidad se la dará el ser inteligente con sus emociones y decir cuando las cosas no están realmente bien. Las emociones y los sentimientos estan todos permitidos, los malos entendidos se aclaran, los arrepentidos se perdonan, los corazones rotos se curan con el tiempo, llorar dignifica, las manos se abren, la tristeza se disfruta, hay un tiempo para todo.

Todas las familias tenemos algo de circo, representamos personajes ante los demás y fingimos que todo esta bien, cerramos los ojos, nos hacemos sordos y cruzamos los brazos. Pensamos que callar y fingir que no pasó nada hará que las cosas desaparezcan, no es así, no lo es, probablemente mañana estarán peor y probablemente sea muy tarde.
Salud familia!!! Un beso muy grande a la Matriarca, logró su cometido, el circo es un éxito, todo está bien..........



La vida es una serie de momentos felices, la felicidad total no existe. Crecemos cuando empezamos a valorar esos momenticos, a veces fugaces, que nos llenan la vida.


Cada mañana abro los ojos y la mayoría de veces se me olvida agradecer a Dios por el simple hecho de estar viva, solo empiezo a hacer un recuento de lo que debo resolver y a preguntarme como lo haré. Me olvido de vivir un dia a la vez.


Comienzo a dar vueltas en la cama pensando seriamente en darme por vencida y no levantarme jamas. Los minutos pasan mas rapido de lo que quisiera pero en un segundo Dios me recuerda que existe. Mi pequeña Carlotta se pega a mi cuerpo y me echa sus bracitos al cuello, a veces me acaricia el brazo otras tanta me dice que me ama.


Esta mañana otra de mis hijas se pasó a mi cama, me dijo que había tenido una horrible pesadilla, se envolvió entre mis sabanas y ambas me abrazaron, cerré mis ojos, por un momento me sentí muy dichosa.


La felicidad se trata de eso, pequeños momentos, pequeños recuerdos, todos entrelazados. No existe el algun dia, solo existe el ahora.


Gracias mi Dios porque hoy me permitiste sentirme agradecida y por recordarme que mi valentía tendra muchos frutos pero que estos no caeran todos juntos del arbol, sino poco a poco.





miércoles, 16 de diciembre de 2009


Todavia lo recuerdo claramente, mis hermanos y yo nos sentabamos placidamente en el piso y con cara de noticias nuevas nos disponiamos a oir, nuevamente, las historias de mi padre. Su niñez no estuvo caracterizada por la abundancia, en terminos economicos, pero si estuvo plagada de aventuras y situaciones dignas de ser repetidas por generaciones. Sus narraciones tienen terminos casi fabulezcos, nunca supe donde terminaba la realidad y se empezaba a convertir en fantasia pero la verdad no creo que nunca nos importara mucho.


Recuerdo la historia de aquella vez que mi abuelo Celso Carlo llego apesadumbrado, era un dia cualquiera de cobro, se sentó cabizbajo en la mesa y se dispuso a sacar una y otra vez las cuentas. Sumo, resto, dividio e intento multiplicar, esta última es la unica operacion matematica no posible, el milagro de Jesus con el pan no se pudo repetir en este caso. "Tanto para fulano", "tanto para mengano", al ver que no era posible complacer a todos, volvia "tanto para fulano", "tanto para mengano". Mi responsable abuelo resoplo indignado, tomo el cheque en sus manos y lo rompio en mil pedazos. Muchas veces he querido seguir su ejemplo, solo los avances tecnologicos me lo han impedido.


Por otro lado mi abuela Carola era una experta poniendole nombres a las personas, de alli surgieron nombres tan extraños como: "cara de chiclet" y "culo bajo". Mi papá y sus hermanos heredaron esa costumbres y hoy en mi familia tenemos a "la chonchi", "cara de raton", "la bruja", "boca chula", "el sentao" y otros nombres casi impublicable, esto no por morboso sino porque podrian herir susceptibilidades.


Tambien recuerdo la historia de mi tio Mimo, ese pobre infeliz debió dormir hasta casi su adolescencia en una cuna, era eso o el piso. Mi papá nos cuenta que dormia tan encojido que volvia a su estatura normal casi al medio dia.


Hay muchas historias diferentes, narraciones que han variado a traves de las decadas, pero que conservan su extracto original. Hace unos sabados estabamos todos en el balcon de mi casa, anochecia lentamente, mis hijas estaban tiradas a mis pies y mi papá empezó a recordar esas anecdotas dandoles nuevas pinceladas, mis hijas reian estrepitosamente y sus carcajadas se oian entre la quietud, me parecío que los años no habian pasado, que volvía a tener 10 años, en un lugar y un momento en que en mi solo había felicidad. Por un momento volví a ser niña.