jueves, 3 de septiembre de 2009

Clases de Frances......

Donde trabajaba, algunas páginas, consideradas de entretenimiento, estaban bloqueadas. Con eso nuestros jefes evitaban que pasáramos mucho tiempo navegando cibernética y divertidamente, olvidándonos de los deberes profesionales. Es por eso que llegue a FACEBOOK no hace tanto tiempo.

Nunca me había interesado en conocer a alguien vía internet, temo que resulte ser un violador o un asesino en serie. A eso le añadimos que tampoco soy tan amistosa como para ponerme a chatear con un desconocido.

En mi caso más bien seguí a mis hermanos: Erica en Guatemala, Gian en New York, Mami y Papi en Santiago, Joel en Sosua. Por ahí me enteraba de las nuevas travesuras de mis sobrinos, de las mascotas que llegaban o que morían, de los estados sentimentales, de los viajes, de las cosas de mis cuñadas, notas simpáticas y llenas de camarería, chistes que solo nosotros entendíamos. Me pareció un invento maravilloso, los sentía más cerca y hasta el silencio prolongado de mi hermano menor me parecía reconfortante.

Luego se fueron agregando más personas: Mis dos sobrinos mayores, Sayle y Giancarlo; mis amores de juventud, mis compañeros de colegio, primos y tíos que ni conocía o por lo menos con los que nunca estaba en contacto, enamorados que nunca tuvieron el valor de decirlo y algunas que nunca fueron mis amigas por razones inmaduras que al final ya ni recuerdo. También me he enterado de muy buenas noticias y de algunas no tan buenas, pero más que nada he recibido apoyo cuando estoy triste o valor cuando tengo miedo, una notita cariñosa de quien menos me lo esperaba y un halago de un nombre sin rostro que vio mis piernas en la computadora de un amigo; me he reído y sorpresivamente he hecho nuevas relaciones, algunos son heredados de mis hermanos, otros, amigos de mis amigos.

Cada mañana me despierto y lo primero que hago es enterarme de cómo amanecieron, como va su día, si están de viaje, enfermos o si es el día de sus cumpleaños. Veo fotos de sus momentos felices y comento sus estados de ánimo. Mi habilidad para escribir ha resultado provechosa pues puedo expresarme mucho mejor de forma escrita, por ello en algunos caso ha resultado chocante leer como les doy efusivas demostraciones de cariño a algunas personas.
También muchas veces me enojo con FB. Allí todos parecen tener su vida muy arreglada; viajes, matrimonios felices, momentos divertidos. Todas las mujeres parecen tener un marido maravilloso o un novio salido de cuentos de hadas, están flacas, tienen amigas especiales y fiestas perennes. Mientras yo aquí trato de armar el rompecabezas que he hecho de mi vida me siento a observar que la de los demás es, al parecer, idílica.

Pero hoy descubrí que es lo que más me gusta: Hoy hablé por horas con una amiga de antaño a la que no veo hace muchísimo tiempo, pero que con el paso de las líneas, una tras de otra, empezamos a contarnos nuestras vidas, nuestros pesares, los tropiezos y lo mucho que cambiamos, que maduramos. El amor nos toco de forma parecida, el desamor también, hablábamos el mismo idioma, nos entendíamos. La vida nos llevo por diferentes senderos y nos alejo, hoy sabíamos que podíamos confiar la una en la otra, que teníamos recuerdos comunes que nadie puede quitarnos. Hoy la recuerdo muy bien, hasta me parece oír sus pisadas en el salón de clases, pero no recuerdo por qué nos alejamos, creo que fue la distancia.

Hoy creo que ambas dormiremos mejor, nos reencontramos, hoy pareció como si no hubiera pasado un día desde aquel en que juntas tomamos las primeras clases de francés en la universidad, cuando ella recien llegaba de Canada.

María Elena me alegro mucho que volvieras a mi vida, por favor no permitamos que un obstáculo tan insignificante, como unos miles de kilómetros, nos alejen de nuevo.

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