Cosas de mujeres, asuntos de nosotras

Se me había olvidado como manejar. Después de 2 años sin vehículo mi cerebro había adquirido una amnesia necesaria, pero solo varios dias con carro han hecho que recupere mi memoría y hasta mis recuerdos.

Estos meses viajando con mi amiga o en transporte público no me permitian percatarme de que cada vez hay mas voladoras, camiones imprudentes, conchos, motoconchos, carros que van de pueblo en pueblo y mil locos mas, realmente ese no era mi problema.

Me había olvidado de los tapones, de que los miembros de AMET hacen unos desastres que ni ellos mismos pueden arreglarlos, de que cada quien debe defender su vida y de que los otros choferes te tocan bocina aunque el semaforo esté en rojo.

Mo olvidé que hay perros realengos que se atraviesan sin miramientos, que los carros doblan sin poner las direccionales desde el carril opuesto y que los motoristas tienen instintos suicidas.

Me olvidé que la gente te rebasa por la izquiera y por la derecha, que los semaforos se cruzan en rojo y que por eso debes de cuidarte mas cuando TU estas en verde. Me olvidé de que todos votan basura en las calles y que probablemente debas esquivar un termo-pac que amenaza con borrarte toda la visibilidad.

Me olvidé de que no hay velocidad mínima ni máxima, que puedes tanto encontrar un señor mayor paseando libremente en la autopista como una guagua enorme viajando a una velocidad desproporcionada que la convierte en un arma mortal.

Se me olvidó que los conchos se paran en las esquinas a mano derecha y que aunque puedas doblar se te hará imposible. Había olvidado los vendedores ambulantes de frutas, de tarjetas de llamadas, de fundas; había olvidado los limpia vidrios y los que piden. Al parecer vivía en otro mundo, un mundo como el de Alicia, ahora retorné a la realidad.

Un día de estos tomaré mi guaguita, me sentaré tranquilamente a oir música y dejaré que otros mortales hagan maromas tratando de sobrevivir al chofer, una vuelta al país de las maravillas no está de mas.